Francia 1938

Un nuevo Mundial en el Viejo Continente, a pesar de la crisis de pos guerra, que generó molestias del otro lado del charco y provocó un boicot entre los países sudamericanos. Un delantero que convirtió un tanto descalzo porque le estaban arreglando los botines. Un humilde debutante que consiguió un batacazo, a pesar de no llegar  a completar el cupo de 20 jugadores. Un país que clasificó pero no pudo jugar por estar anexado políticamente a otro. La amenaza mortal de un dictador: ¨Vencer o morir¨. Todo esto y mucho más en la tercer edición de la Copa del Mundo. Bienvenidos a Francia 1938.

Brasil Polonia 1938

A pesar de repetir el sistema de eliminación directa, sin la fase de grupos, para la tercera edición de la Copa del Mundo se determinó que tanto el campeón vigente como el organizador tendrían su boleto asegurado, sin jugar las Eliminatorias. Francia, país organizador, no tuvo demasiados problemas para imponerse en la elección frente a una Alemania que ya había comenzado su campaña conquistadora (Austria, por ejemplo, no pudo participar porque ya había sido anexada a pesar de haber sido incluida como cabeza de serie) y frente a Argentina, motivo por el cual muchos países sudamericanos se negaron a viajar, ya que había un acuerdo en que cada Mundial alternaría entre América y Europa. Los únicos dos que clasificaron automáticamente fueron Brasil, que pretendía ser el organizador de la Copa en 1942 y Cuba, que hizo su debut, ya que el resto de los centroamericanos se unieron al boicot.

Por primera vez, también, sería partícipe un representante asiático. Las Indias Orientales Neerlandesas (hoy Indonesia) clasificaron automáticamente tras el retiro de su rival, Japón.

El resto de los cupos, todos europeos, se dividieron en fases de grupos o eliminaciones directas. En el Grupo 1, Alemania y Suecia relegaron a Estonia y Finlandia. En el Grupo 2, Noruega solo tuvo que derrotar al Estado Libre de Irlanda. En el Grupo 3, Polonia hizo lo propio frente a Yugoslavia. Rumania, que debía enfrentar a Egipto, clasificó automáticamente ante la baja de los africanos. En el Grupo 5, Portugal y la Unión Soviética debían medirse para ver quien enfrentaría a Suiza por un ticket en el Mundial. Los rusos no se presentaron, y luego los Lusos cayeron ante Suiza, que era cabeza de serie. Lo mismo sucedió en el Grupo 6 con Grecia y Palestina. Los Grecos hicieron sus deberes pero luego se comieron 11 goles ante Hungría. En el Grupo 7, Checoslovaquia eliminó a Bulgaria. En el Grupo 8, Austria derrotó a Letonia, que previamente venció a Lituania. Y finalmente el Grupo 9 clasificó a Holanda y Bélgica, en un todos contra todos que descartó a Luxemburgo.

El gran ausente fue España, que dos años antes había comenzado la Guerra Civil. Por otro lado, Japón invadió China, en la Segunda Guerra sino-japonesa, y los países asiáticos quedaron en el medio, pero ese es otro tema.

OCTAVOS DE FINAL

Al igual que en Italia 1934 los 16 clasificados se dividieron en 8 llaves a eliminación directa. Esta sería la última vez que se aplique. Además, si los partidos terminaban igualados se jugaría una prórroga y en caso de igualdad se disputaría un partido desempate al día siguiente. De los 16, 8 eran considerados ¨cabeza de serie¨ para que no puedan enfrentarse en los Octavos y así las potencias se crucen en las instancias finales.

El primer partido lo disputaron Alemania y Suiza. Los germanos, candidatos luego del tercer puesto obtenido en Itali 1934, comenzaron con un tanto arriba pero el empate suizo forzó a un partido desempate cinco días más tarde. Nuevamente los alemanes no solo tomarían la delantera por un gol propio sino que estiraron la ventaja por un gol en contra de su rival, que pudo descontar sobre el final de la primera parte. En el complemento Suiza cambió el esquema y los tres goles que marcaron le dieron la victoria final por 4 a 2.

Otro emocionante cotejo que necesitó revancha fue el de Cuba y Rumania. Tras igualar 2 a 2 en los 90´ reglamentarios, ambos convirtieron un gol en el suplementario. Cuatro días más tarde los rumanos tomaron la delantera pero en el segundo tiempo Fernández y Socorro consiguieron el milagro cubano para darlo vuelta y clasificar a Cuartos.

El más injusto de todos, sin dudas, fue la clasificación automática de Suecia, quien tuvo como rival en el sorteo a los austriacos, que por estar anexado a la Alemania Nazi no pudieron participar (Sí lo hicieron varios de sus jugadores para el conjunto germano).

La mayor goleada la propinó Hungría, potencia de la época, frente a las débiles Indias Orientales Neerlandesas. Cuatro goles en la primera parte y dos sobre el final decretaron el contundente 6 a 0.

La otra goleada le correspondió a Checoslovaquia, a pesar de que no le fue nada fácil. Al enfrentarse con Holanda ninguno de los dos pudo convertir en el tiempo reglamentario, pero en la prórroga Kosfalek, Zeman y Nejedly, máximo goleador de Italia 1934, sellaron el 3 a 0 definitivo.

Leonidas Da SilvaEl más atrapante de todos los partidos fue el que disputaron Brasil y Polonia. El partido comenzó sin grandes sorpresas con un gol de Leonidas para los sudamericanos y el posterior empate de Szerfke para los europeos. Antes de que termine el primer tiempo Romeu y Peracio estiraron la diferencia para Brasil y se fueron al descanso 3 a 1 arriba. Comenzado el segundo tiempo, Ernest Wilimowski sacó la varita mágica y con un doblete puso la igualdad parcial. Cuando el ánimo polaco parecía estar en alza, otro gol de Peracio le dio la ventaja a la Canarinha, a diez minutos del final, y muchos pesaron que el partido no se les podía escapar. Pero el gran goleador polaco lo hizo de nuevo. En el último minuto, Wilimowski, puso el 4 a 4 y llevó las cosas al alargue. En el tiempo extra Brasil arrancó con todo y Leonidas con un doblete instantáneo selló su hat-trick personal (Uno de los do goles lo convirtió descalzo porque le estaban arreglando los botines). Cuando el árbitro estaba  punto de pitar el final, se produjo otro récord. Wilimowski descontó y se convirtió en el primer jugador en la historia de los Mundiales en marcar cuatro goles en un mismo partido. Pero no fue suficiente y la Verdeamarelha consiguió el pase a Cuartos de Final, tras imponerse por 6 a 5. (N. de la R.: Wilimowski marcó 21 goles en 22 partidos para Polonia, antes de convertirse en jugador alemán, tras ser anexado por las tropas de Adolf Hitler).

El tan esperado debut italiano, vigente campeón, dejó más dudas que certezas ante el debutante Noruega. A pesar de ponerse en ventaja a los 2 minutos fue sorprendido en el final ante la igualdad de los nórdicos, que forzaron el alargue. En el tiempo extra, Silvio Piola puso el 2 a 1 final y a Italia en la siguiente ronda.

El menos interesante de los partidos fue el que Francia le ganó a Bélgica. Al minuto puso el 1 a 0 y antes del cuarto de hora estiró la ventaja. Los belgas pudieron descontar antes del descanso pero en el complemento Jean Nicolas convirtió por segunda vez y liquidó el trámite.

CUARTOS DE FINAL

Los Cuartos de Final se jugaron el mismo día, a la misma hora, al igual que en el Mundial anterior. Italia y Francia arrancaron con todo. A los diez minutos ya iban 1 a 1. En la segunda parte apareció Silvio Piola con otro doblete, al igual que en Octavos y sentenció el match.

Hungría, el otro candidato, se impuso por 2 a 0 frente a Suiza, marcando un gol en cada tiempo.

El tan esperado debut de Suecia frente a la cenicienta Cuba valió la pena. Los suecos metieron cuatro goles en cada tiempo y lograron la mayor goleada del Mundial. El 8 a 0 se debió, en parte, gracias a los dos hat-tricks de  Andersson y Wetterstrom.

Brasil y Checoslovaquia fue, tal vez, el partido más imprevisible de todos. Ambos dependían de sus goleadores y estos no se ausentaron. Leonidas abrió el marcador a la media hora de juego y Nejedly igualó en la segunda mitad, de penal. Dos días más tarde, en el desempate, quien volvió a brillar fue El Diamante Negro. A pesar de que los checos se habían puesto en ventaja, Leonidas pudo igualar y minutos más tarde Roberto puso el 2 a 1 final para Brasil.

Saludo Nazi

SEMIFINALES

El primero de los cruces enfrentaba a Suecia, que venía de un goleada contundente, frente a un Hungría, que le podía ganar a cualquiera. A los 35 segundos de comenzado el partido los sucos se pusieron en ventaja. Pero a los 19 minutos un gol en contra les dio el empate a los húngaros, que recuperaron la confianza y terminaron convirtiendo cuatro goles más.

Cuando Brasil salió a la cancha para enfrentar a Italia nadie comprendió por qué Leonidas, Brandao y Tim estaban en el banco de suplentes. Sobretodo porque en el conjunto Tano estaban todos los titulares. Italia no desaprovechó la oportunidad y a pesar de no convertir en la primera parte, en el complemento marcó dos goles en 9 minutos. Sobre el final Brasil descontó pero ya era demasiado tarde. El recuerdo anecdótico de aquel encuentro es que los brasileros ya habían sacado los pasajes aéreos para la Final en París, pero a pesar de haber perdido no le quisieron vender los tickets a los italianos y éstos debieron viajar a la capital francesa en tren.

TERCER y CUARTO PUESTO

Increíblemente, y por única vez en la historia, el partido entre Brasil y Suecia se jugó el mismo día y a la misma hora que la Final. Suecia se puso en ventaja con dos goles durante la primera parte pero en el complemento Romeu descontó y Leonidas marcó un doblete que le terminó permitiendo ser el goleador del Mundial. Sobre el final, Peracio puso el 4 a 2 definitivo.

FINAL

Otro de los partidos del Mundial que arrancó con todo fue la Final entre Italia y Hungría. Por un lado, los dirigidos por Vittorio Pozzo tenían un estilo de juego más rústico que vistoso, con una defensa difícil de superar (llegaba con 3 goles en contra en 3 partidos). Por el otro, Hungría llegó al último encuentro con la delantera más efectiva (13 goles en 3 partidos y la valla menos vencida, apenas en una sola ocasión).

No menos espectacular fue el detalle que recibió el entrenador italiano momentos previos a la Final. El dictador italiano, Benito Mussolini, le hizo llegar un papel que decía: ¨Vencer o morir¨.

Italia 1938

Italia tomó la delantera con un gol de Gino Colaussi, a los 6 minutos, pero dos más tarde le empataron. A los 16, el goleador italiano Piola, le volvió a permitir a la Azurri tomar la delantera, y sobre el final del primer tiempo estiró la ventaja nuevamente Colaussi. Sárosi, que era lo mejorcito de los húgaros pudo descontar a los 70, pero sobre el final Piola anotó llegó al doblete y sentenció el partido 4 a 2.

Italia era nuevamente el Campeón del Mundo, ganando todos sus partidos al igual que lo hizo Uruguay, en 1930. Además, Pozzo, se convirtió en ese momento (y récord hasta hoy) en conquistar dos títulos Mundiales como entrenador.

Escrito por Germán Picotto | Instagram @gerseventyseven

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